Una historia

Una histoiria reciente

Apertura 1972

Abierta al público desde el otoño de 1972, la reserva conoció varias orientaciones a lo largo del tiempo, pero con la misma preocupación de preservar sus paisajes originales y la fauna salvaje que los frecuentaban.

Al final de los años 1960, un grupo de ornitólogos regionales (Pierre Davant, Pierre Petit, Alain Fleury et Claude Quancard) se dio cuenta de que la bahía de Arcachon tenía un potencial fuerte para acoger los pájaros, pero no se acogían por falta de reservas en sus orillas, Entonces propusieron al ayuntamiento de Le Teich un proyecto de parque ornitológico a partir del modelo del que existía en ZWIN, en Bélgica.

“Commune du Teich”

El municipio adquiere los terrenos intercambiándolos contra parcelas forestales municipales ; así viene a ser propietario de una parte del litoral. Se lanzó un programa de habilitación cuya meta era mejorar la calidad biológica del sitio y su accesibilidad por el público. Nació el Parque ornitológico de Le Teich ; 40 años más tarde, se convertirá en Reserva ornitológica…

Asociación

En 1989 fue cuando la nueva municipalidad decide orientarse hacia el ecoturismo en colaboración con el Parque nNtural Regional, creando la Casa de la Naturaleza de la bahía de Arcachon. La ciudad de le Teich sigue siendo propietaria de la reserva que administra en consulta con el Parque Natural Regional de los Landes de Gascuña mediante un convenio tripartito.

Patrimonio

Siglo XVIII

El territorio sobre el cual se instaló la reserva, fue conquistado sobre el mar desde la primera mitad del siglo XVIII. Se fueron edificando diques de arcilla en los prados salados, a la vez para proteger el pueblo de los inundaciones invernales y sobre todo parar instalar allí una forma de piscicultura de tipo extensivo : los viveros.

Los viveros

Estos « viveros » son charcas de agua poco profondas rellenadas de agua de mar a través de esclusas colocadas en el dique de circunvalación. Cuando los coeficientes de marea están elevados y es alta mar, las esclusas están abiertas.

Terraplenes

El agua que se derrama entonces en los viveros trae también muchos alevines de peces nacidos en la bahía o en el océano. Como no pueden volver a salir gracias a un ingenioso sistema de redes, van a crecer rápidamente dentro del territorio encauzado, apovechando aquí una productividad biológica muy importante debida a las temperaturas altas, a la ausencia de corriente y de mareas y a la proliferación del plancton, de las algas y de las plantas.

Pescadores

En algunos meses, estos peces alcanzan un tamaño comercial. Antaño, los dejaban en los viveros hasta la temporada de las tempestades otoñales que obligaban a los pescadores de vela o de remos a quedarse en el puerto. Durante estos períodos de temporales, aumentaba el precio del pescado, y era el momento que los dueños de viveros elegían para vaciar sus viveros y venderlo más caro que las semanas anteriores…

Preservar

Esta actividad piscícola, asociada a la agricultura (tabaco, patatas, centeno) y a la cría de ganado (corderos), perduró hasta la mitad del siglo XX, luego fue desapareciendo poco a poco por los gastos de mantenimiento de los diques et de los viveros ,y por las cargas del personal. En los años 60, el alquiler del derecho de caza proporcionaba los ingresos más importantes de estos territorios encauzados. A partir de los años 1970 en Le Teich y en los años 1980 en otra parte de la bahía, las primeras adquisiciones territoriales públicas se dedicaban a preservar definitivamente estos territorios encauzados, parte integrante del patrimonio regional.

Practicas patrimoniales

De esta época de la creación de la reserva, los visitantes pueden todavía descubrir una casa de esclusero así como una majada. Aunque a veces se modificaron algunos contornos, los viveros conquistados sobre la bahía todavía están en su lugar. Siguen utilizando el principio de apertura cíclica de las esclusas para mantener los niveles y la riqueza biológica de los estanques. Pero ya no hay pescas milagrosas que esperar aquí, excepto para los pájaros piscívoros que invaden los lugares a montones en la buena estación.